EL PROBLEMA ES LA PROPIA BÚSQUEDA


Intrínsecamente.

Es decir: el dar por hecho que hay que estar buscando cosas.

O peor y más enajenante: que hay cosas que faltan.


Es diabólico, es la definición de la esclavitud: porque siempre, en verdad os digo, habrá algo que falte, algo que completar, algo que buscar, algo lejos, en otro sitio, en otro lado en otro tiempo en otra persona. Es como dar por hecho la carencia, como el sustrato de la planta, como el papel del libro. Si hubiera un pecado original, sería ése. Y "original" debe ser, desde luego, en las esquinas del Kosmos nos miran como miramos a nosotros a los monos cuando se pelean y copulan en la jaula del zoo (y digo, zoo, no selva). ¿A quién se le ocurre meterse en su propia jaula y hacer de ello un arte, una excusa y una razón de vivir? Pues a nosotros, que estamos en la edad de la Pava.

Si se mira desde lejos, se da uno cuenta que es como la fábula de Sísifo.

Busco un pareja, o igual digo que no la busco, pero la estoy buscando, y entonces me entrego a una ristra choricera (por lo que roba) de estupideces egoicas o simplemente instintivas (revestidas de glamour, de obligación, de trabajo, o de lo que se tercie) que en indirectamente atribuyo a no sé qué carencia interior como romántica (en el sentido del siglo XIX) que la mayoría de las veces es, prostitución gratuita, el no va más de la tontería. Los demás podrán envidiarnos nuestras construcciones, nuestros ardides o nuestros cosmopolitismos fashion, artísticos, o intelectuales..., pueden comentarnos, pueden referenciarnos, incluso envidiarnos, pero la pandemia es gilipollez y adicción a la “falta de”, al “cuando tenga…”, al “cuando ocurra…”.

Y al: "es que...".

Pero qué sainete, qué guiñol, qué película, qué morro. Qué adicción a la personalidad, y al yo.

Lo que hay es lo que tenemos, y no es conformismo, es dejar de proyectar siempre películas en pantallas más o menos sofisticadas, poniendo excusas para no ocuparse
conscientemente de la única cosa verdadera que tenemos entre manos (y que podemos cambiar), que es el momento presente.




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